Un grupo de estudiantes universitarios protagoniza esta obra dramática de Paulina Torres. Aquí las ambiciones políticas están motivadas por el ego y arman una red de relaciones dañinas de celos, traición, ira y violencia patriarcal.
“El día que decidimos hacer un centro de estudiantes, […] todo cambió. Afloró en nosotros principalmente las ganas de reprocharnos, somos una pequeña población conventillera, llena de viejas hociconas; eso somos ahora, Y así pierdo todo. Me peleo seguido con mi flaca, no llegamos a acuerdo con los cabros”.